domingo, 5 de enero de 2014

Resistencias personales. Gestionar el cambio

Dedico mi primera entrada a la gestión del cambio, ya que lo considero una gran asignatura pendiente, no sólo para las empresas, sino también para las personas. Más aún en los tiempos que estamos viviendo en nuestro país.

A lo largo de la vida se presentan diferentes cambios inevitables que escapan a nuestro control y tienen incidencia en nuestras circunstancias

Personalmente recomiendo afrontarlos con buena energía, intentando ver en ellos oportunidad y siempre "cogiendo al toro por los cuernos". Como alguien me dijo una vez, no hace mucho..."Así me gusta: siendo protagonista..."

Pero también existen personas que no los viven así. Me preguntaba por qué...

He observado y leído sobre los motivos de resistencia al cambio de las personas. Hay muchos, y muy diversos, tantos como personas y circunstancias, supongo.Van desde el miedo al fracaso y la frustración, pasando por la zona de confort hasta el no querer otro estatus o responsabilidades.

La falta de flexibilidad y la resistencia a experimentar nos limitan. No creamos que la resistencia al cambio es sólo ante lo inesperado y en principio negativo; no señor, hay gente a la que no le gusta cambiar, en ningún sentido.

Sin embargo, el cambio es inevitable.

No podemos controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor y nos afecta; lo que sí podemos es elegir cómo gestionarlo, afrontarlo y vivirlo.

En los primeros años de la crisis recuerdo cómo llamaba mi atención, una y otra vez, la publicidad de un banco inglés que rezaba: "Donde unos ven crisis yo veo oportunidad"

Dejando al margen el hecho de que fuera un banco quien lo expresase; esta frase se quedaba retumbando en mi cabeza y dando vueltas. Me chocaba, pero me gustaba, y quería creerla.

¿Por qué me chocaba? ¿ Por qué había algo en ella que no encajaba? Creo que la respuesta está en el sentido peyorativo que tiene en nuestra cultura.

Debemos modificar las ideas y sentimientos que actualmente asociamos a los cambios. El cambio puede ser oportunidad, motivación y siempre es aprendizaje y crecimiento.

¿Recordáis vuestra niñez y adolescencia?

Cuando somos pequeños, hasta los tres años solemos estar en casa, luego empezamos al colegio. Otros tres años después pasamos a primaria; luego secundaria, el instituto, la universidad y llegamos al mundo laboral. 25 años y 5 cambios. ¿ Por qué a partir de entonces aspirábamos a quedarnos en el mismo sitio hasta los 65?

Debemos tomar conciencia de que los tiempos han cambiado, que ya nada será como antes. La nueva realidad es un MUNDO VUCA, que se extiende a lo laboral, a las empresas. Éstas tendrán la necesidad de implementar pequeños cambios cada año, y cambios importantes cada cuatro o cinco años.

Las personas que trabajamos en ellas tenemos que estar dispuestas para estos cambios.

Comparto aquí una distinción oriental con la que me tropecé por la web que me parece muy gráfica y clarificadora, aunque advierto, nada edulcorada:

"La Rigidez es la Muerte, la Flexibilidad es la Vida".

Si damos el salto de la gestión personal del cambio a la gestión del cambio organizacional  existe mucha documentación y teorías sobre las causas del fracaso y factores de éxito del mismo.

Con esos factores en mente, analizando las experiencias vividas y hablando con trabajadores de otros sectores, extraje dos conclusiones, para mí fundamentales:

1. No puede haber cambio organizacional de éxito sin gestión del cambio con y de los empleados afectados.
2. La importancia de la buena gestión de la información en estas situaciones.

Nieder y Zimmerman establecen, en su pirámide de resistencia, tres jerarquías de resistencias personales:


En base a ésta, si tuviera que implantar un cambio organizacional,  ¿Cuáles serían mis principios para gestionarlo y liderar a las personas afectadas?:

En primer lugar sitúan la falta de conocimiento;  retomo la idea de cuan importante es la gestión de la información. Hay que contarle a la gente lo que pasa, y lo que se espera, facilitar los datos de los que dispongamos.
Bajo ningún concepto mentir u ocultar información. La incertidumbre es nefasta consejera, y además es contagiosa. Sin embargo, la transparencia genera confianza.

A continuación sitúan la falta de capacidad, es imprescindible articular la formación y herramientas necesarias para afrontar el cambio.

Y ya, en su tercer escalón encontramos la negativa, la falta de deseo de cambio.  La solución pasa por motivar e implicar, o cuanto menos, ayudar a aceptarlo.

Las empresas la hacen las personas que trabajan en ella y, a la vez, las personas son el factor más imprevisible en cualquier situación de cambio.

Acompañar al equipo, dialogar, saber encontrar los beneficios del cambio y transmitirlos; y si no los hubiere, ayudar a las personas afectadas a encontrar su propia oportunidad son las pautas para ser percibido como un verdadero líder y llevar a buen puerto los cambios a implantar.

Cierro el post recomendando una peli que está en cartelera actualmente y que trata de la gestión del cambio, principalmente personal, pero también organizacional: La vida secreta de Walter Mitty


La cinta narra la historia de un gris oficinista cuya empresa ha sido comprada y va a sufrir cambios importantes, con despidos incluidos.

Por culpa, o, en este caso, gracias a este cambio, el protagonista se embarca en una fantástica aventura por medio mundo viviendo situaciones increíbles.

Por otro lado los que nos dedicamos a esto podemos fijarnos en el responsable de RRHH y tomar nota de cómo no hay que hacerlo.

Personalmente destacaría de ella el mensaje QUERER ES PODER.




Espero que os guste. Ya me contaréis.


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